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DESPEÑAPERROS (JAÉN): DE LA CARA DE DIOS A LAS CORREDERAS. EL CAMINO DE CARLOS LEMAUR



EL CAMINO DE CARLOS LEMAUR



En plena Ilustración, un hijo de la Francia, Carlos Lemaur, ingeniero militar de éxito, se traslada a España llamado por iniciativa del marqués de la Ensenada, con el fin de contribuir al desarrollo del fomento impulsado por los monarcas Borbones, Fernando VI en un primer momento y Carlos III posteriormente.




Fueron numerosas contribuciones las de este ingeniero, muchas desconocidas, como el utópico proyecto de un gran canal navegable entre Madrid  y Sevilla desde el río Guadarrama (“Proyecto de un gran canal navegable desde el río Guadarrama al Océano, que pasará por Madrid y Sierra Morena”). Esta obra se puso en marcha, pero cuando ya se habían construido unos cuantos kilóme­tros, se produjo la rotura de la presa del Gasco, lo que tuvo como consecuencia la paralización de los trabajos, siendo uno de los grandes fracasos de la época.







En la vorágine utópica de la época, se cruza con la creación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. Complementar el trabajo fundador colonial de una zona despoblada, nudo de comunicaciones y clave para garantizar la ruta de Cádiz a la Corte, llevaba consigo mejorar las ancestrales vías de comunicación.





En ese momento el transito de viajeros se realizaba por el eje Venta Nueva – Venta de Miranda – Puerto del Rey – Venta del Marqués – Venta de Magaña – Viso del Marqués (color verde en el mapa).  Anteriormente había prevalecido el eje Venta Nueva – Venta los Palacios – Puerto del Muradal – Venta de la Hiruela – Venta de Chocolate o Minas de Nazarena (Por el camino del Cuarto de la Venta) - Viso del Marqués (color azul en el mapa). (Itinerarios aproximados).







Aunque no fue el primero en plantear la solución Despeñaperros (anteriormente Joaquín de Iturbide, administrador general del correo de Madrid ya lo había apuntado sin éxito), solucionó uno de los grandes problemas de comunicación entre Andalucía y la meseta. Por tanto, ejecuta un trazado entre Valdepeñas y Andújar aproximadamente, evitando las temidas cuestas de los puertos del Rey y Muradal.



La obra, supuso la construcción entre los años 1778 y 1780 (coincidiendo con los años de fundación las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena) de una carretera para las diligencias de la época, de 34 Km de longitud, 11 metros de anchura y un coste de 2 millones de reales.

Por tanto, desde que Lemaur realizó su obra hasta el desdoblamiento de la A4 en los años 80, su trazado ha perdurado durante doscientos años, y aún ha servido para mantener uno de los sentidos (Madrid – Andalucía).







Recientemente se ha abierto al tráfico el nuevo desdoble de la autovía de Andalucía, liberando de este al antiguo trazado. Lo he recorrido para tener una panorámica diferente a la de todos estos años anteriores en los que una mirada al paisaje, una ligera distracción, podía tener fatales consecuencias, en los que no existía posibilidad de detener el vehículo para contemplar esta belleza natural : el desfiladero de Despeñaperros.





LA RUTA


Comenzamos el paseo en el lugar conocido como "la cara de Dios" por un monolito representativo existente donde está reflejado el Santo Rostro, como anuncio de entrada a la "tierra del ronquio". Allí mismo se encuentra el cartel anunciador de que hemos entrado en Andalucía, por tanto nos encontramos en la frontera y a pocos metros de Venta de Cárdenas, de donde proviene nuestro camino y a donde llega de Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas.










A poco de echar a andar, encontramos el desvío a la CF de Valdeazores. Cuantas indecisiones y apuros hemos pasado en esta salida cuando el tráfico aquí era intenso y la visibilidad casi nula.




Llegamos al único lugar, junto al mirador de Despeñaperros donde se podía detener el vehículo para descansar, el Jardín. Un bello entrono con una clara vista del desfiladero. Cotizado caño de agua perpetuo cae en las fuentes donde vecinos del entorno (Venta de Cárdenas y Santa Elena) se atiborran de garrafas para usarla de agua para la bebida. El lugar, hasta fechas recientes atestado de vehículos, me parece ahora paradisíaco.

 










Enfrente, semioculta entre la arboleda la imagen de María que ha estado allí desde que tengo uso de razón. Cuando la circulación era de otra manera, esta era parada obligada para el viajero.









Por detrás de la imagen de la Virgen, intuyo unas trazas claras de lo que pudo ser un camino (tal vez el original, si es así, puede ser el único tramo que se conserve) con los asientos de pizarra, el material autóctono.






Me afianza la idea que he forjado el que por encima de las trazas se encuentran las ruinas de lo que pudo ser una venta, probablemente la original que más tarde se bajo al emplazamiento actual en alguna remodelación de la carretera






las vallas de seguridad de la Instrucción del 39 no dejan lugar a dudas de que el trazado antiguo iba más arriba que el actual






De nuevo en la carretera, pasamos junto al barranco de Valdeazores que numerosas ocasiones nos ha servido para entrar en la cumbre. El trazado original se corrigió acortando la entrada en el barranco.






Tomamos una leve altura, desde ahí tenemos una bonita imagen del Jardín




Ahora nos encaminamos sin dilación al paso de Despeñaperros propiamente dicho. Al trazado original, le dieron en algunos tramos espacio por la derecha desmontando parte de la montaña. El trazado por el filo del barranco es aún fácilmente reconocible en algunos lugares.












Aquí, antiguamente, se encontraba el mejor mirador de los Órganos. Aún queda el ensanche para los vehículos y los poyos donde sentarse. En la actualidad le han quitado las barreras de protección y por tanto se ha recuperado el acceso. (Ahora queda adecentarlo y embellecerlo como se merece).

















Un poco más adelante llegamos al mirador que hicieron más tarde, único lugar junto al Jardín donde detener el vehículo. Desde aquí hay una inmejorable vista de la vía férrea, con un trazado centenario. Frente al mirador, al otro lado de la calzada, en un hueco en la piedra encuentro una cobacha que siempre había pasado depercibida e ignoro su origen y utilización.


















Llegamos al túnel original que hicieron para quitar una de las curvas con más accidentes. Parece increible transitarlo con la sensación de coyote del correcaminos,... Por allí se accede a una hermosa covacha con unas pinturas rupestres conocidas como las Vacas del Retamoso. También cuentan que por allí anduvo José María el Tempranillo, el celebre bandolero, aunque parece ser que fue otro José María diferente el que la ocupó y dio lugar a una confusión que ha interesado mantener (incluso en los mapas oficiales del IGN figura el topónimo), pero eso será otra historia.
Por cierto, aún permanece allí uno de los fotómetros de tráfico más rentables de la historia.















Unos metros más adelante, encontramos el paso más angosto del desfiladero: el Salto del Fraile, ahora han quitado el letrero indicador que había (o a mi se me pasó). Parece ser que despeñaron a un clérigo por aquí mediante el engaño. Las historias, historias son unos lo creen y otros no. 
Una placa recuerda a alguien que por aquí tuvo la misma fortuna que el fraile y se precipitó. Refuerzos de piedra indican que en el lugar hubo que extremar las precauciones.


















Por fin salimos del atolladero y se abre la panorámica. Uno de los nuevos viaductos y la bonita Santa Elena cortan el horizonte








Aún nos queda uno de los rincones más recoletos y desconocidos del tramo que estamos recorriendo, el barranco de los Arcos, donde el antiguo trazado se introduce en el barranco para hacer una curva más cerrada que la que corrigieron. Cerrando el paso al barranco una construcción con arcos que me da la impresión de ser un acueducto. En este lugar podemos encontrar el firme de hace cincuenta años y, probablemente, el ancho del camino original de Lemaur.













Finalmente nuestro destino, las Correderas, una aldea frustrada de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena donde aún se conserva en pie, estimo que por poco tiempo si no se corrige, la antigua Venta de viajeros. Un entorno privilegiado que debería recuperarse.





















EL VÍDEO




DATOS TÉCNICOS


Denominación
DE LA CARA DE DIOS A LAS CORREDERAS. CAMINO DE LEMAUR
Fecha
12/08/2012.
Itinerario
Cara de Dios (limite entre Andalucía y Castilla -La Mancha) - El Jardín - mirador de Despeñaperros - 
arroyo de los Arcos - Las Correderas
Acceso
Antigua A4 dirección Andalucía. Se accede desde Venta de Cárdenas por una rotonda reciente.
Inicio
Cara de Dios (limite Andalucía - Castilla - La Mancha)
Fin
Las Correderas
Tipo de trayecto
Lineal
Tipo de firme
Carretera asfaltada 
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/ Verano (evitando las horas centrales del día)
Distancia
6, 91 kmts (ida)
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
2 horas (ida)  
Cota mínima
596 msnm
Cota máxima
711 msnm
Desnivel acumulado
Subiendo: 88 mts.    Bajando: 149 mts.
Sugerencias
Agua abundante y excelente en el Jardín. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estío. 
No abandonar basura. 
No encender fuego. Todo el camino se hace por asfalto.
Track
Móvil
Cobertura Movistar en todo el recorrido. 
Mapa

Referencias

- Carlos Lemaur: Ingeniero militar, arquitecto e impulsor del desarrollo económico de Galicia en el siglo XVIII. 
María Soledad Pita Gonzalez. Norba-Arte, ISSN 0213-2214, vol. XXVIII-XXIX (2008-2009) / 99-112
José María Coronado Tordesillas. I Congreso Internacional de Carreteras, Cultura y Territorio.
- Carlos Lemaur y el Camino de Despeñaperros. Guillermo Sena Medina y Juan Enrique Ruiz González
En Carlos III y las Nuevas Poblaciones / coord. por Miguel Avilés Fernández, Guillermo Sena Medina, 1, 

3 comentarios:

ROUTE1963 dijo...

Magnífico reportaje, muchas gracias. Lo enlazo a mi blog. Saludos.

Anónimo dijo...

Me ha encantado el reportaje. Enhorabuena.

Veo que, a la hora de llegar al Mirador, se pregunta usted qué puede ser esa pequeña cueva que hay al otro lado de la carretera. Según Cecilio Fillol, en su obra "Despeñaperros", esta oquedad (y algunas otras más excavadas a lo largo del recorrido) se construyó a fin de evacuar residuos de la montaña en caso de lluvia, y así evitar desprendimientos que hubieran podido inutilizar la calzada. No obstante, con el paso del tiempo, en torno a los años sesenta o setenta del siglo XX, el autor dice que en el Mirador se colocó un pequeño puesto de bebidas y comida, cuyo dueño guardaba los útiles del negocio en la covacha.

Asimismo, en ese mismo libro, el tal Fillol cuenta que la construcción allá por los cincuenta del pequeño mirador ubicado entre los Jardines y el Mirador, tenía una decoración tan distinta con respecto al entorno (los bordillos eran blancos, y la vegetación delicada) que la gente del lugar lo conocía como "La Tarta".

Datos curiosos. Un saludo

Galeno MaM dijo...

Agradecido por sus palabras y las formidables aportaciones. Cierto el uso que comenta en los años sesenta (el original lo desconocía), un amigo de la infancia, natural de Santa Elena me confesó después de editar el post que más de un verano lo pasó despachando refrescos en el mirador para ganarse una perras y que la mercancía la guardaban en la covacha bajo llave.
A pesar de frecuentar la zona de niño, también desconocía lo de la "Tarta", curioso, ciertamente. Menos mal, un lugar, un precioso lugar, ganado al progreso. Saludos.